Un precioso y delicado homenaje a uno de los iconos motorizados de dos ruedas de nuestra historia. En esta ventana, podemos disfrutar de una Vespa a la que no le falta pieza, remache o brillo, y que nos hace retroceder por un instante a los 50. Y por si todo eso no fuera suficiente, la pieza se sitúa rodeada por un escenario lleno de minuciosos detalles y recreaciones, de los materiales de un taller como herramientas, tuercas, pósteres o un trapo lleno de grasa, en el que realizar completos chequeos y reparaciones.